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Dificultades que podemos trabajar en terapia.

Mi trabajo consiste en:

  • Estudiar y analizar el comportamiento, teniendo en cuenta el entorno que nos rodea (las circunstancias personales y contextuales de cada uno), las experiencias vividas, los aprendizajes adquiridos y demás variables.

  • Este exhaustivo análisis nos permite explicar el modo de funcionar de cada persona en particular. “Su programa o mapa”.

  • Para así, poder diseñar una línea de Intervención, con la que poner en marcha las estrategias y recursos más adecuados. Solucionando las dificultades que podáis tener y trabajando o entrenando en la dirección de los objetivos a conseguir.

Dificultades que podemos trabajar en terapia.

Ansiedad

Ansiedad, Miedos, Fobias, Estrés, …

La característica principal de la ansiedad es que, poco a poco, se generaliza y cada vez hay más cosas que producen ansiedad.

La ansiedad es una respuesta, que tenemos los seres humanos, cuando nuestro cerebro comprueba que existe un peligro que pone en riesgo nuestra vida. Luego, cumple una función adaptativa en numerosas situaciones. Todo organismo necesita algún mecanismo de vigilancia, para asegurar su supervivencia.

Así, es normal y deseable, que una persona tenga miedo cuando se avecina un peligro real. Todo el mundo ha podido sentir ansiedad en algún momento de su vida, variando la intensidad y frecuencia de la misma.

Pero, a veces ocurre que interpretamos como peligroso algo que, a priori, no lo es. Respondiendo con la misma ansiedad que si fuese un peligro real. Escapando o evitando dicha situación.

La ansiedad se manifiesta de muchas maneras. Podemos agrupar los síntomas en distintos grupos:

  • HUIDA/EVITACIÓN: Evitas situaciones de la vida cotidiana o escapas de ellas si te las encuentras de forma inesperada.
  • RESPUESTAS FÍSICAS Y PSICOLÓGICAS: Palpitaciones; Sudoración; Temblores; Sensación de ahogo; Sensación de atragantarte; Opresión en el pecho; Náuseas; Mareo; Sensación de irrealidad o de estar separado de ti mismo; Sensación de embotamiento emocional; Falta de concentración o sensación de mente en blanco; Aturdimiento; Irritabilidad; Tensión muscular; Dificultad para conciliar el sueño; Despertares durante la noche; Inquietud o impaciencia frecuentes; Fatiga; Sensación de entumecimiento o de hormigueo; Escalofríos o sofocos; etc.
  • SENSACIÓN DE PÉRDIDA DE CONTROL: Miedo a perder el control o a volverte loco; Miedo a hacer algo sin poderte controlar; etc.
  • MIEDOS: Aquí la diversidad de miedos es muy amplia. Va a depender de cada persona en particular y sus circunstancias.
  • PENSAMIENTOS REPETITIVOS: Pensamientos, impulsos o imágenes que no los puedes evitar; Comportamientos compulsivos (lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones, etc.); etc.

Cuando ocasiona un desajuste de la persona en las distintas áreas de su vida (trabajo, social, pareja, salud,…), provocando un deterioro de las mismas, habría que buscar ayuda. Para aprender herramientas y recursos, que nos permitan gestionar los síntomas y consecuencias que de ella se derivan.

Depresión

<<Esta vida es única, es tuya y hay que aprender a vivirla>>

No te abandones. Acompáñate.

A continuación, se describen los síntomas para el episodio de depresión mayor, que establece el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV):

  1. Estado de ánimo depresivo la mayor parte del tiempo, casi cada día según lo indica el propio sujeto (por ejemplo, se siente triste o vacío) o la observación realizada por otros (por ejemplo, llanto). Nota: en los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.
  2. Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los demás).
  3. Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (por ejemplo, un cambio de más del 5% del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día. Nota: En niños hay que valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables.
  4. Insomnio o hipersomnia casi cada día.
  5. Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido).
  6. Fatiga o pérdida de energía casi cada día.
  7. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados.
  8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena).
  9. Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.

Hay diferentes grados o niveles de depresión. Desde más leve hasta más grave. A veces, puede ser la consecuencia de unos altos niveles de ansiedad, mantenidos de forma constante en el tiempo, por ejemplo. En cualquier caso, y sean cuáles sean los motivos que lo favorezcan, es imprescindible aprender a atendernos y escucharnos adecuadamente (“tenernos en cuenta”) y tomar las medidas oportunas para evitar llegar a este estado.

Estado de ánimo

La actitud que tomas, frente a los problemas o sucesos que se te presentan cotidianamente, es la que determina la importancia de los mismos.

A veces, pasamos por momentos en los que nuestro estado de ánimo cambia y, sin llegar a tener depresión o ansiedad, nos encontramos tristes, nerviosos, cansados, con falta de ilusión por las cosas que antes nos la provocaban, con fluctuaciones emocionales diarias que nos van desgastando, etc…

No hablamos de un trastorno del estado de ánimo en sí, porque tanto la intensidad como la frecuencia de los síntomas es menor, al igual que las consecuencias, pero nos afecta y nos genera dificultades en nuestra vida cotidiana. Por lo que, es conveniente aprender a detectar estas señales, y utilizar las herramientas adecuadas para normalizar dicho estado anímico, con el consecuente bienestar que ello conlleva.

En estos casos, es conveniente acudir a terapia, para abordar la situación de la mejor forma y lo más rápido posible. Para atajarlo y evitar que pueda derivar en algo más complicado con el paso del tiempo. Y para aprender los recursos más eficaces, a la hora gestionar situaciones y emociones similares, en el futuro.

Autoestima

«Nadie te puede hacer sentir inferior sin tu consentimiento”.

«Decide enamorarte de la persona más hermosa, incitante y digna… ¡TÚ!»

La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros (lo que uno piensa de sí mismo). Es conocer nuestros aspectos positivos y negativos, nuestras virtudes y defectos, valorarlos y aceptarlos.

La autoestima es muy importante, ya que se refleja en todo lo que hacemos, en cómo nos enfrentamos a los problemas, y en cómo los resolvemos. Se desarrolla gradualmente durante toda la vida, empezando en la infancia y pasando por diversas etapas. El resultado es un sentimiento generalizado de valía o de incapacidad.

En general, las experiencias positivas y relaciones plenas ayudan a aumentar la autoestima. Las experiencias negativas y las relaciones problemáticas favorecen que disminuya.

No obstante, la autoestima no viene determinada por condiciones externas a la persona, como el éxito social, laboral, la popularidad, la buena imagen física… Todo esto no garantiza la autoestima, porque si no, todos los que tuvieran dichas condiciones serían felices, y esto no es así. Tampoco el amor de los demás nos asegura una alta autoestima. Influye y ayuda, mucho, pero no lo garantiza sin más.

Algunos efectos comunes de una baja autoestima son:

  • Falta de confianza en sí mismo
  • Bajo rendimiento
  • Visión distorsionada de uno mismo y de los demás
  • Una vida personal “infeliz”


Por ello hay que buscar estrategias para mejorar la autoestima, como por ejemplo:

*Hablarse a uno mismo en positivo.

*” Tratarse/cuidarse” bien a uno mismo.

*Centrarse en lo positivo.

*Ponerse metas realistas, que se puedan cumplir, que sean realizables, para poder conseguir lo que se desea.

*Vivir en el presente. …

Alimentación

“Comer bien, para pensar y sentir mejor”

La alimentación es un tema muy importante, puesto que tiene que ver con una de nuestras necesidades básicas. Y dependiendo de la calidad, saciación o privación de la misma, podrán surgir distintos problemas o dificultades.

Existen diversos trastornos relacionados con la Alimentación, como pueden ser:

  • Anorexia Nerviosa
  • Bulimia Nerviosa
  • Obesidad
  • Ortorexia
  • Ingesta compulsiva


Tanto si se tiene alguno de ellos, como si existen miedos o preocupaciones recurrentes relacionados con la alimentación y la imagen, es conveniente acudir a terapia, para aprender a gestionar de un modo adecuado el tema y superarlos.

La terapia puede ayudarte a aprender a comer sano, desarrollando unos hábitos de alimentación saludables, y tener una percepción más ajustada de tu imagen corporal.

Habilidades sociales

El arte de relacionarse bien con los demás.

La convivencia, cómo nos sentimos con los demás, puede resultar reconfortante o convertirse en una pesadilla. Todos podemos aprender a relacionarnos y comunicarnos mejor. Dependerá mucho de nosotros. Vivir con los demás es un arte que puede aprenderse no sólo para caer bien, sino porque la integración social es un factor clave del bienestar emocional.

Las habilidades sociales son una serie de conductas y gestos que expresan sentimientos, actitudes, deseos y derechos del individuo, siempre de una manera adecuada y de modo que resuelvan, satisfactoriamente, los problemas con los demás.

Si entrenamos y mejoramos estas habilidades, podremos conseguir satisfacciones en el ámbito de la familia, de las amistades y en las relaciones amorosas. E incluso, nos ayudarán a la hora de conseguir un empleo, de relacionarnos con nuestros jefes y compañeros de trabajo, y de exponer nuestras posturas o planteamientos.

Los elementos que componen la Habilidad Social son:

  • El lenguaje no verbal :
    • La Expresión de la cara.
    • La mirada.
    • La sonrisa.
    • La postura corporal.
    • Los gestos.
    • El contacto físico y la proximidad.
    • La apariencia personal.

  • El lenguaje verbal (paralingüístico):
    • La entonación.
    • El volumen de voz.
    • La fluidez.
    • El tiempo de habla.


La conducta asertiva es la más hábil socialmente, porque supone la expresión abierta de los sentimientos, deseos y derechos pero sin atacar a nadie. Expresa el respeto hacia uno mismo y hacia los demás.

Ser asertivo no significa la ausencia de conflicto con otras personas, sino saber gestionar los problemas cuando surgen. Se trata de ser nosotros mismos y resultar convincentes, sin incomodar a los demás, al menos no más de lo imprescindible. La persona persuasiva, eficaz en su comunicación, respetuosa y que resulta agradable a sus interlocutores, entre otras características, puede considerarse asertiva.

Si detectas dificultades a la hora de relacionarte con los demás, te cuesta, te genera malestar, ansiedad, si evitas estas situaciones o simplemente, te gustaría mejorar y tener más éxito a la hora de comunicarte, es conveniente buscar ayuda psicológica para desarrollar y mejorar tus competencias sociales.

Sexualidad

Sólo tú puedes lograr que tu vida sexual sea como tú quieres.

¿Qué piensas hacer para conseguirlo? 

La sexualidad es una de esas cosas que todo el mundo sabe lo que es, pero que no es fácil definir: la vivimos, la sentimos, la experimentamos y sabemos que afecta a nuestras relaciones con los demás. Sin embargo, también genera un montón de dudas o de confusiones, porque para cada persona significa cosas diferentes.

Aunque tenemos sexualidad desde que nacemos, la forma de entenderla y manifestarla constituye un proceso de aprendizaje, condicionado por la educación sexual y las vivencias personales.

La sexualidad es:

  • Una fuente de comunicación y placer.
  • Una forma de expresar la afectividad.
  • Una manera de descubrirse a sí mismo y al otro.
  • La satisfacción del deseo y del impulso sexual.

Tenemos derecho a disfrutar de nuestros cuerpos, experimentar y poner en práctica nuestros deseos y recibir una educación que nos ayude a vivir libremente nuestra sexualidad.

El sexo no tiene fórmulas secretas, ni reglas fijas que se puedan aprender para saber «cómo hacerlo», y convertirse en el o la amante ideal. A cada persona le gustan cosas diferentes; por eso, una buena comunicación es fundamental para un buen sexo.

Muchas veces nos cuesta hablar de sexo con otras personas, y todavía más, si tenemos alguna dificultad al respecto. Se convierte, entonces, en un tema tabú, que va generando malestar y nos condiciona en nuestras relaciones sexuales, tanto si tenemos pareja estable como si no.

No buscar ayuda va generando en la persona más dificultades, puesto que aumentan sus miedos, preocupaciones, exigencias, intranquilidad (incluso ansiedad), etc. Luego, no esperes a buscar una solución, pide ayuda y empieza a disfrutar de tu sexualidad como te mereces.

Algunas de las dificultades sexuales más frecuentes son:

  • Bajo deseo sexual
  • Dificultad en el control de la erección (tanto para conseguirla como para mantenerla)
  • Eyaculación precoz
  • Eyaculación retardada
  • Ausencia o dificultad para alcanzar orgasmo
  • Vaginismo
  • Dispareunia (coito doloroso)
  • Etc…

Pareja

El amor no es eterno. Tenemos que esforzarnos por cuidar la relación día a día, sin acomodarnos o “vivir de rentas”.

Está en nuestra mano enriquecer la relación, mantenerla y favorecer un mayor disfrute. No debemos ser meros espectadores sino los protagonistas de nuestra historia…

No hay una única forma de amar, ni todos sabemos amar del mismo modo. Aunque únicamente hablamos de amor cuando es “sano”, cuando no hay sufrimiento.

Tendremos que tener en cuenta la educación recibida, la información que nos llega a nivel social, la influencia de los medios de comunicación, los modelos, las experiencias, los aprendizajes a lo largo de nuestra vida, las consecuencias al respecto, … porque esto podrá explicar porqué unas personas expresan y viven su amor de un modo u otro.

Es normal, que conforme van cambiando las circunstancias personales y del entorno que nos rodea, se produzcan también cambios a nivel de pareja, ya que se requiere un reajuste constante. Esto a veces, es complicado, y empiezan a surgir problemas o dificultades. Por ello, es adecuado, buscar ayuda con el objetivo de aprender a manejar este tipo de situaciones, y conseguir que la relación de pareja se mantenga y ambos sean felices.

Si quieres aprender a:

  • Entender mejor a tu pareja.
  • Comunicaros de forma eficaz.
  • Disfrutar de vuestra sexualidad y afectividad.
  • Compartir responsabilidades y obligaciones.
  • Reconquistar a tu pareja.
  • Cuidar la relación.
  • Detectar y prevenir posibles problemas.
  • Adaptaros y reajustaros a los cambios derivados de los acontecimientos vitales.


No dudes en buscar asesoramiento psicológico, tanto para afrontar las dificultades como para prevenirlas.

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